viernes, 14 de octubre de 2011

Entrevista a un nativo


            Muchas personas creen que con el fin de tener una conversación con un hablante nativo, tienen que ser absolutamente fluido en su idioma. Yo misma, junto con el resto de mi clase de español, he demostrado que es posible tener una conversación con un hablante nativo, sin que uno sepa hablar fluido en su idioma.
           Mi amigo de la infancia, Javier Martín me ayudó a completar este proyecto. Él y yo fuimos amigos inseparables. Solíamos ir a la misma primaria y parte de la escuela intermedia. Solía ​​vivir en el condominio lo mismo que yo, y así es como fuimos inseparables. Solíamos caminar juntos a la escuela y regresábamos juntos también. A lo largo de nuestros años de primaria y secundaria siempre nos colocaban en el mismo salón de clases.
           Después de la escuela, Javier, (o como yo siempre le llamó Javi) siempre venía a mi casa a cenar y él terminaba haciendo la tarea en mi casa también. Durante los fines de semana siempre me llamaban y me dicían que había que ir al parque (que estaba al otro lado de la calle) para jugar. Como vivía un piso debajo de mí, él siempre venía a mi casa, y entonces siempre nosotros caminábamos juntos.
          Cuando llamé a Javier, para preguntarle si le gustaría hacer este proyecto conmigo, no dudó en decir que sí, que era como los buenos viejos tiempos, él estaría en mi casa en unos minutos. Yo sabía que siempre podía confiar en él, sea cual sea la situación.


¡Escuche nuestro conversación aquí!
Javier Cordoba Martín

Mi lugar favorito de vacaciones



           Sin duda, las mejores vacaciones que mi familia y yo tomamos fue cuando fuimos a la República Dominicana en el verano de dos mil diez. Abordamos el avión en Nueva York y volamos a Miami primero, y desde allí volamos a Santo Domingo. Cuando nos bajamos del avión, un taxista nos estaba esperando ya. Él tomó nuestras maletas y nos llevó al hotel en la ciudad de Puerto Plata que se llama Ríu Bachata. El centro turístico fue increíble, como en el folleto. Era muy limpio y tranquilo porque estaba muy lejos del ruido de la capital, y más importante que estaba muy cerca de la playa.
           Cada mañana mis padres, mi hermano y yo nos despertábamos temprano y paseábamos por la orilla para respirar el aire fresco antes de comer el desayuno. La comida del desayuno, del almuerzo, y de la cena fue increíble y era en la forma de buffet. Los chefs prepararon y sirvieron cada tipo de carne y los otros trabajadores de la cocina recogieron las frutas y las vegetales todos los días y por eso la comida siempre era fresca y muy deliciosa. Una cosa que me gustó fue que todas los turistas tuvieron que estar bien vestido para comer la cena. Cada persona que trabajó en el centro turístico fue muy amable y cortés. No sólo mi hermano y yo hablamos con muchos de los trabajadores en español, sino también con los turistas de Inglaterra, Alemania, Polonia y Rusia.
           En la playa, mi familia y yo nos bronceábamos y nadábamos porque cada día era muy soleado. También mi hermano y yo jugamos el voleibol y el fútbol en la arena con las otras turistas. Una vez hicimos esquí acuático y buceamos bajo el agua donde vimos muchos peces tropicales. Otros días mi hermano y yo escalamos montañas, navegamos en los veleros, y montamos las motocicletas de cuatro ruedas. Cada día ibamos de excursión a un safari, a los castillos antiguos o a un acuario donde nadábamos con los delfines y las focas. Sacamos muchas fotos de los paisajes y las vistas. No sólo estaba el agua muy clara, sino también la ecología estaba muy hermosa y había muchos tipos de aves tropicales como loros y tucanes. Finalmente, por la noche fuimos a la ciudad para buscar y comprar ropa, joyas y otros objetos de interés.
           Además de viajar a muchas partes de Europa, nuestro viaje a la República Dominicana fue definitivamente uno de nuestras mejores vacaciones. En el futuro, me quiero ir allí con mi familia y mostrarles el mundo, como mis padres han hecho por mí.